El maquinista del Alvia que descarriló en Santiago, Francisco José
Garzón, no prestará declaración a lo largo del día hoy como habían
anunciado fuentes de la investigación en las últimas horas. Está
previsto que lo haga mañana domingo y, en la medida de lo posible, en el
Juzgado.
Después de que el viernes se negase a prestar declaración policial
en la habitación del Hospital Clínico en la que permanece ingresado, el
Juzgado de Instucción número 3 de Santiago de Compostela ha decidido
prolongar varias horas más su puesta a disposición judicial.
El límite legal para hacerlo se establece en 72 horas y no se cumplen hasta las 20.00 horas de mañana domingo.
Además, la intención del juez es, si es posible por criterios médicos, tomarle declaración en instalaciones judiciales y no en el hospital Clínico, según han confirmado fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).
Las labores de investigación se centran en averiguar por qué el tren
llegó a la curva de A Grandeira, a cuatro kilómetros de Santiago, con
exceso de velocidad. El límite fijado para ese tramo es de sólo 80
kilómetros por hora, pero el Alvia Madrid-Ferrol dobló esa cifra y
descarriló a una velocidad de 190 kilómetros por hora.
El secretario de organización del sector ferroviario de UGT en
Galicia, Ángel Rodríguez, ha detallado que el conductor, que está
sedado, sufrió golpes en la cabeza, se rompió varias costillas y tiene
una fisura que le afecta el pulmón. Asimismo, ha desvelado que no tiene
información sobre el número de muertos y heridos.
Sobre él, ha dicho que no era de los que corría, que es "muy
sensato". A Rodríguez "cuesta creer que cometiera una imprudencia" por
su carácter y porque "tiene experiencia como el que más", habida cuenta de que trabajaba en la línea donde se produjo el accidente desde que comenzó a operar hace año y medio.
El secretario de organización del sector ferroviario de UGT en
Galicia conjetura con que el accidente "no es sólo un fallo humano, tuvo
que haber algo más".

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