La práctica estaría avalada por la Ley de Enmienda de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (FISAAA, en inglés) de 2008 que autoriza al gobierno a exigir a las empresas de Internet que entreguen datos originados en el extranjero.
Microsoft permitía el acceso a las comunicaciones de sus usuarios de Outlook, Skype y los datos de SkyDrive y Verizon entregaría los registros de llamadas entre EEUU y otros países. Con la FISAAA se legaliza la vigilancia secreta que el Gobierno emprendió tras el 11-S para mantener la seguridad nacional.
EEUU defiende el programa, argumentando que solo se guardaba la metadata, no así el contenido de las comunicaciones y que previno más de medio centenar de atentados terroristas en 20 países, incluyendo dos ataques terroristas en la Bolsa y el metro de Nueva York. Sin embargo, las filtraciones demuestran que el espionaje se extendió al contenido de las comunicaciones y áreas no relativas a la seguridad. En México las palabras claves eran “energía” y “narcóticos”, en Colombia se rastreaba sobre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y en Venezuela sobre petróleo y el estado de salud del expresidente Hugo Chávez. EEUU habría accedido a comunicaciones privadas de Brasil, Colombia, México, Perú, Venezuela, Argentina, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Paraguay, Chile, Perú y El Salvador.
En Europa, a pesar de que las escuchas han sido condenadas, quedan dudas sobre el nivel de complicidad de algunos gobiernos. Según el rotativo alemán “Bild” el servicio de inteligencia alemán recurrió al programa estadounidense Prisma para localizar ciudadanos secuestrados en Afganistán y Yemen. Asimismo, según las filtraciones de Snowden al diario inglés “The Guardian”, Reino Unido tendría un sistema de vigilancia denominado Témpora que copia y analiza datos de correo electrónicos y llamadas telefónicas que circulan por cables submarinos que llegan de las comunicaciones que salen desde Europa hacia EEUU. Con su amplio sistema de vigilancia habría espiado delegaciones de Rusia, Turquía y Suráfrica en la cumbre del G20 de 2009 celebrada en Londres. Snowden también reveló que Canadá, Australia y Nueva Zelanda forman parte junto a Reino Unido y Estados Unidos de una red mundial de vigilancia denominada los Cinco Ojos.
El alcance del sistema de espionaje mundial y la consecuente pérdida de privacidad de los ciudadanos, sin lugar a dudas, generará demandas sobre cambios tecnológicos y establecimiento de nuevas legislaciones.
La canciller alemana Angela Merkel ya pidió el endurecimiento de las normas de protección de datos en Internet de la Unión Europea, y el gobierno ruso ha decidido optar por las máquinas de escribir para comunicaciones de asuntos de estado.
La pérdida de confianza de los usuarios en los gigantes del internet demandará asimismo de la creación de aplicaciones con contenido inviolable.
Campañas de publicidad como el eslogan de Microsoft: “Tu privacidad es nuestra prioridad” no serán suficientes. No queda claro dónde está el balance correcto entre seguridad y libertad ni el nivel de decisión que tendrá la sociedad civil, pero definitivamente la licencia de las autoridades para actuar con secretismo total quedará en el pasado.

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